El 19 de abril de 2021 El juez constitucional, Carlos David Vera Cedeño, notificó en esta fecha la sentencia escrita, después de que el 15 de enero de este año, en audiencia oral y pública declaró la existencia de ‘servidumbre de la gleba’, una forma contemporánea de esclavitud, la responsabilidad de la empresa Furukawa Plantaciones C.A. del Ecuador y de varias entidades del Estado por la violación a varios derechos humanos de 123 trabajadoras y trabajadores agrícolas.
Como reparaciones por la violación de los derechos a la igualdad y no discriminación, a una vida digna, al trabajo que incluye la prohibición de trabajo infantil, a la seguridad social, a una vivienda adecuada y digna, a la salud, a la educación, acceso a agua limpia, a la alimentación adecuada, a la identidad y a la libertad personal que incluye la prohibición de esclavitud y la servidumbre en todas sus formas; el Juez dispuso:
Además, dispone varias obligaciones expresas a las instituciones del Estado ecuatoriano, entre las que destacan:
Desde el primer trimestre de 2018, cientos de trabajadores agrícolas denunciaron ante algunas Instituciones del Estado la situación a la que habían sido sometidos por la empresa. Desde entonces, pese a los informes de la Defensoría del Pueblo y de la Asamblea Nacional, las familias debieron activar la vía jurisdiccional para que se ratifiquen en lo denunciado y se ordene la reparación. En ese sentido, la sentencia escrita de primera instancia es producto de la organización social y resistencia de varias de las familias afectadas, pese a las difíciles condiciones sociales y económicas; así como, las estrategias de amedrentamiento, desalojos forzados, división y engaños con que la empresa ha actuado todo este tiempo, con la complicidad estatal que le ha permitido seguir operando, exportando abacá y ampliando su margen de ganancia.
El Juez Constitucional detalló el trato diferenciado y la discriminación racial con la que ha operado Furukawa respecto de sus trabajadores, especialmente en contra de aquellos encargados de la cosecha de la fibra en las plantaciones, la mayoría población afrodescendiente. En ese contexto, ha verificado varios daños graves que son irreparables y ha profundizado en una mirada estructural sobre el impacto que ha tenido en la vida digna de las personas, llegando a concluir que las acciones y omisiones de Furukawa y del Estado resultaron en la vulneración sistemática y generalizada de sus derechos humanos.
Sentencia completa disponible en: https://www.furukawanuncamas.org/documentacion