El 7 de febrero del 2021 el cantón Cuenca no solo tenía que decidir por un gobierno que cada cuatro años cambia de turno y que históricamente ha respondido a los intereses del capitalismo extractivista, sino que además cada uno y cada una de sus habitantes tenía en sus manos una decisión imprescindible para la vida de los pueblos y la naturaleza: escoger salvar las fuentes hídricas del cantón o dejarlas en manos de la industria minera, que tanta destrucción, conflictos y miseria ha llevado a los pueblos.
La lucha por la defensa del agua y las consultas populares en la provincia del Azuay tiene un largo recorrido. Pese a la persecución de las mineras y la represión del Estado, los pueblos no han claudicado en la defensa de los páramos. La consulta realizada en Cuenca por la defensa del agua es la tercera que se realiza y la segunda que tiene un carácter vinculante.
La primera consulta popular fue comunitaria pero no era vinculante, aunque los pueblos deberían tener el derecho a la consulta previa libre e informada como lo establece la OIT. Esta consulta se dio en el año 2011 en la parroquia Victoria del Portete, en donde el 92,38% de los pobladores expresaron que no quería minería en los páramos de Kimsacocha. La segunda consulta se realizó en el cantón Girón en el 2019, en donde el 86, 79% de la población le dijo que no a la minería en Kimsacocha. Esta consulta sí fue vinculante.
La consulta popular por el agua de Cuenca, impulsada por diversas organizaciones de la sociedad civil agrupadas en el Cabildo Popular por el Agua de Cuenca, tenía cinco preguntas, una por cada río de la ciudad: Yanuncay,Tarqui, Machángara, Tomebamba y Norcay. Todas las preguntas tenían el mismo contenido, pero en cada una se buscaba proteger otro río . La pregunta decía: “¿Está usted de acuerdo con la prohibición de la explotación minera metálica a gran escala en la zona de recarga hídrica del río (…), según la delimitación técnica realizada por la Empresa Pública Municipal de Telecomunicaciones, Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Cuenca – ETAPA EP?”.
Luego de una campaña llena de alegría, y con el apoyo de decenas de actores sociales a nivel nacional e internacional, los y las cuencanas acudieron a votar el 7 de febrero. El 80% de los y las votantes dijeron que querían conservar las recargas hídricas de Cuenca. Es decir que 8 de cada 10 cuencanos y cuencanas prefieren el agua y la vida, y no la minería. Con esta victoria queda prohibida la minería a mediana y gran escala en el cantón Cuenca. Ahora, lxs defensores de la naturaleza, los y las cuencanas, tienen que estar vigilantes para que se respete la voluntad popular.
Esta victoria y las anteriores, nos siguen abriendo caminos para que la lucha a favor del agua, de los pueblos y de la vida, siga fluyendo por más territorios del Ecuador. Aunque el Estado minero crea lo contrario, no se puede seguir explotando y concesionando territorios sin que los pueblos que los habitan sean consultados, no se puede seguir violentando los derechos de la naturaleza, ni de las comunidades.
Las consultas populares son un mecanismo de defensa frente a un Estado que no le interesa ver más allá de los intereses del gran capital. El agua de los páramos de Kimsacocha y de El Cajas sigue alimentando la lucha antiminera para que las consultas populares sigan floreciendo en todos los territorios amenazados por la minería.