Estas dos escuelas vienen de procesos de formación que responden a sus propias realidades. La Troja Manaba busca salvar los sistemas agrícolas campesinos frente a la expansión de la agricultura industrial que las políticas publicas imponen con al entrega subsidiada de semillas híbridas y agrotóxicos. La escuela de Las Orquídeas Amazónicas surge para fortalecer el papel de las mujeres indígenas del norte de la Amazonía en la vigilancia a la industria petrolera, a través del monitoreo comunitario como estrategia de defensa de los derechos ancestrales.
Cada grupo tiene interes en conocer directamente el proceso del “otro”, de la “otra”, recorriendo sus territorios que es como se comprende mejor la realidad de cada cual, y llevando consigo señales y símbolos de la identidad que les representa como pueblos.
Este intercambio incluyó recorridos en el humedal La Segua y en el río Portoviejo, para comprender de cerca la destrucción de los bosques de manglar y la contaminación de humedales y ríos provocada por las piscinas camaroneras. También visitaron zonas con monocultivos de maíz y de arroz, donde el uso de agrotóxicos es muy alto, y se conocieron alternativas productivas practicadas por algunas familias campesinas. La solidaridad y el agradecimiento afloran. El inter-aprendizaje es un camino que vale la pena recorrer.
Al final de la experiencia cada cual regresa a su lugar con más certezas sobre la importancia de defender y cuidar la casa grande, ya sea que este en el norte de la Amazónia o en los huertos campesinos de Manabí.