Las Naciones Unidas, el Banco Mundial, BID, CAF, y otras entidades, han iniciado en el mes de marzo la realización de las Semanas del Clima regionales, que en América Latina y el Caribe tienen como anfitrión a la República Dominicana.
Una vez más, estas nuevas cumbres climáticas internacionales, que simulan una ilusoria participación, resultan ser espacios para defender intereses de empresas y el statu quo de los países industrializados del Norte, para hacer más negocios con los desastres climáticos, y para promover nuevas falsas soluciones.
Invitamos a todas las organizaciones sociales de América Latina y el Caribe a conocer y adherir a la Declaración de la Plataforma Latinoamericana y del Caribe por la Justicia Climática (PLACJC) frente a la Semana del Clima regional, de cara a su sesión temática virtual, entre el 11 y el 14 de mayo de 2021. Puedes adherir a la declaración de la PLACJC aquí. El plazo para adherir es el viernes 7 de mayo de 2021. Gracias por su apoyo. Plataforma Latinoamericana y del Caribe por la Justicia Climática.
PARA ADHERIRTE A LA DECLARACIÓN: https://docs.google.com/forms/d/1OfVRPOiTV2BvuXcRGUqrS_aFBa0TvARReXHuRCStDKI/viewform?gxids=7628&edit_requested=true
DECLARACIÓN
La Plataforma Latinoamericana y del Caribe por la Justicia Climática, ante la realización de la Semana del Clima regional a realizarse en la República Dominicana, declara lo siguiente:
LAS CUMBRES DEL CLIMA SON SÓLO CUMBRES DE NEGOCIOS
- Las Naciones Unidas, el Banco Mundial, BID, CAF, y otras entidades, han iniciado en el mes de marzo la realización de las Semanas del Clima Regionales (SCR) para dar impulso a la implementación del Acuerdo de París. Esto, a pesar de las reiteradas denuncias de organizaciones y movimientos sociales en todo el mundo a la implementación de este Acuerdo por su ineficiencia para enfrentar las crisis climáticas.
- La sesión de apertura, realizada el 3 de marzo, de la Semana Regional del Clima de Latinoamérica y Caribe, que tiene como anfitrión a República Dominicana, puso en evidencia la fuerte influencia del sector privado y la complicidad de los Estados para retrasar la acción climática, evadir las discusiones de fondo sobre las reales causas de la crisis climática y mantener impunes a los actores culpables.
- Mientras el gobierno del país anfitrión, la República Dominicana, internacionalmente trata de mostrar una cara amigable con el ambiente, a nivel nacional sigue expandiendo la megaminería que pone en peligro las fuentes hídricas, los bosques, la agricultura campesina y los derechos territoriales, a la vez que expande el turismo no sostenible que amenaza áreas protegidas, aprovechando la fragilidad institucional del país.
- Los organizadores dicen que es una reunión a favor de la justicia climática y la promoción de formas productivas basadas en una relación más respetuosa con la naturaleza, sin embargo, la experiencia de otros eventos organizados por la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático demuestra lo contrario: al cabo de 25 años hay más y más extracción y quema de combustibles fósiles y por ende más calentamiento global, injusticia para los pueblos e impunidad para los responsables.
- Una vez más, estas nuevas cumbres climáticas internacionales, que simulan una ilusoria participación, resultan ser espacios para defender intereses de empresas y el statu quo de los países industrializados del Norte, para hacer más negocios con los desastres climáticos, y para promover nuevas falsas soluciones. Con esto buscan perpetuar el camino del desarrollo con sus políticas basadas en el crecimiento económico, en la extracción de combustibles fósiles y de minerales, el sufrimiento de millones de habitantes humanos y no humanos, muertes por los desastres del clima y la destrucción del planeta.
- Las falsas soluciones y peligrosas respuestas mercantiles y tecnológicas que han nacido de estas cumbres climáticas, con un lenguaje engañoso, hiperespecializado e intencionalmente confuso para ocultar la verdad del problema y limitar el libre acceso a la información, buscan mantener el sistema dependiente de combustible fósiles y, al mismo tiempo acaparar tierras, vulnerar derechos y hacer buenos negocios. Tretas como los mercados y compensaciones de Carbono, los MDL, monocultivos de árboles a gran escala, REDD+, BECCS y otras formas de geoingeniería, las Soluciones Basadas en la Naturaleza, y otras falacias como economías bajas en carbono, emisiones Cero-Neto, son parte central de la economía verde. Con ellas pretenden lavar la imagen de los culpables para que puedan seguir su espiral de lucro y de contaminación.
- Los más afectados por este sistema terricida son los pueblos del Sur, en particular, las campesinas y campesinos, pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes, poblaciones urbanas precarizadas, mujeres, niñas y niños, pueblos históricamente desplazados y afectados por las actividades del modelo industrial-militar y extractivo y por la expansión de ciudades neoliberales. Sabemos que el desarrollo ha sido concebido y fraguado con el fin de mantener el modelo de producción y consumo y la espiral de acumulación sin fin a costa del sostenimiento de la vida.
- La Semana del Clima de Latinoamérica y Caribe del 2021, defenderá nuevamente, y, ante todo, el poder del capital de las corporaciones del sector petrolero, de la agroindustria o las transnacionales de la conservación por sobre los derechos de los pueblos y de la naturaleza.
- En esta cumbre internacional otra vez se abordarán asuntos totalmente alejados de la necesidad de tomar medidas urgentes ante la severidad de las crisis ambientales, como son las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), los Planes Nacionales de Adaptación (NAP) o la Acción Mundial sobre el Clima. Todas estas son propuestas sin asidero científico ni obligatoriedad de cumplimiento. No debe sorprendernos que evadan nuevamente el tratamiento de temas relevantes como el resarcimiento de la deuda climática del Norte con el Sur, o los verdaderos perjuicios tanto económicos como sociales que padecen los pueblos más empobrecidos.
DEBEMOS ACABAR CON EL SISTEMA, NO CON EL CLIMA Y LOS PUEBLOS
- Por todos los motivos expuestos, denunciamos a las cumbres climáticas pues han perdido toda legitimidad con respecto a enfrentar de forma seria el calentamiento global.
- Sólo podremos evitar el colapso planetario empezando a dejar el gas, el petróleo y el carbón bajo tierra, protegiendo y restaurando los bosques y ecosistemas, terminando con la agroindustria y la ganadería a gran escala y favoreciendo la agricultura campesina y la agroecología, respetando los derechos colectivos de los pueblos que cuidan y viven de los bosques, eliminando las prácticas extractivas mineras y sacando al sector financiero del clima.
- Se requieren transformaciones radicales y urgentes, fuera de los mercados y emancipadas del extractivismo, con una mirada territorial y de comunidad, que partan de otros modelos de sociedades, basadas en la soberanía energética, alimentaria, económica, territorial, en las prácticas, culturas y economías locales, en condiciones de trabajo y vida dignas, así como en el intercambio solidario entre pueblos y comunidades, que respeten los derechos de la naturaleza, y nos permitan vivir en armonía con ella.
- Es prioritario también el reconocimiento y resarcimiento la deuda histórica, social y ecológica que tienen los países industrializados del Norte con los pueblos del Sur quienes no han sido responsables del cambio climático. Esta deuda se debe a la contaminación atmosférica y a la apropiación ilegítima de los ciclos de la Tierra, a los impactos que tienen los desastres climáticos sobre los pueblos y países e, inclusive, por los problemas que han generado las falsas soluciones sobre los territorios y la consecuente vulneración de derechos.
LLAMAMOS A LAS ORGANIZACIONES Y MOVIMIENTOS SOCIALES A:
- Condenar la dirección emprendida por las negociaciones de Naciones Unidas sobre el clima -incluidas las jornadas virtuales de la Semana Regional del Clima para América Latina y el Caribe- cada vez más controladas por las corporaciones y el sistema financiero, que reproducen relaciones coloniales y constriñen cada vez más los procesos de participación para los pueblos.
- Recuperar el multilateralismo que defienda los intereses de los pueblos del mundo y no los del capital, y que permita enfrentar el cambio climático, con acciones tanto a nivel local como global.
- Rechazar al Acuerdo de París y otros acuerdos sobre clima que han nacido para lucrar y seguir perpetuando la civilización petrolera.
- Rechazar el paquete con todas las falsas soluciones y desenmascarar las cínicas propuestas que pretenden pintar la cara de verde a las corporaciones, bancos y países que provocan la muerte.
- Descarbonizar el debate climático, puesto que el enfoque de emisiones y de temperaturas desvía la atención de las causas del problema y oculta las verdaderas soluciones. No se trata de un asunto de incomunicación. Como pueblos en defensa de la vida entendemos el origen de la crisis climática como una crisis sistémica, entendemos los mecanismos que intentan implementar para perpetuar la situación de colapso y sabemos cómo enfrentarla.
- Denunciar el terricidio que es el exterminio sistemático de todas las formas y dimensiones de la vida (genocidio, feminicidio, ecocidio y epistemicidio juntos) que provoca el sistema capitalista, globalizado e institucional, extractivista, colonial y patriarcal, del cual una de sus consecuencias es el cambio climático.
- Construir y fortalecer desde los territorios las formas de vivir, producir y consumir que velan por los derechos de las generaciones futuras, construyen soberanías y justicia climática.
- Abrir un debate colectivo, sobre una transición justa para los pueblos y la naturaleza. Una transición energética, alimentaria, económica, y ecológica, hacia otros modos de vida y de sociedades, que incluya la justa reparación de todas las deudas históricas, sociales, ambientales y con la naturaleza, y por fuera de las falsas soluciones y del capitalismo verde.
- Sumarse a las movilizaciones y resistencias al sistema de muerte que se dan el mundo entero frente a los Estados y a sus políticas que promueven la expansión petrolera, minera, agroindustrial, de libre comercio, y de endeudamiento que alimentan el sistema que ha provocado el cambio climático.
- Ampliar la globalización de los pueblos y de las luchas.
- Solidarizarse con el movimiento ambiental y los pueblos de la República Dominicana que están demandando del gobierno la transformación de la matriz energética y la defensa del derecho humano al agua, el acceso al agua limpia y segura, el rechazo a los planes privatizadores que se intentan desde el Congreso Nacional, y denuncian la hipocresía de su doble discurso de sustentabilidad cuando lo que se promueve es muerte, empobrecimiento y destrucción.
¡Acabar con el sistema capitalista, NO con el clima!