Un homenaje a Pacto por sus 250 días de resistencia
Por Cecilia Borja, Karla Gachet y Cristina Bugatti / Agencia Tegantai
Pacto es una parroquia del cantón Quito, provincia de Pichincha, ubicada al Noroccidente en la Reserva del Chocó Andino, reconocida a nivel mundial por su biodiversidad y endemismo. Las comunidades viven de la ganadería, la agricultura y el turismo sostenible, tienen, además un producto apetecido en mercados europeos: la panela orgánica. A pesar de esto, en Pacto, según el Catastro Minero, existen 13 concesiones mineras para la explotación de oro principalmente; entre ellas Melina y La Conquista de la empresa Melina Changó, entregadas sin consulta ambiental ni participación ciudadana, es decir que la empresa opera de manera ilegal, ya que tampoco tendría Licencia ni Plan de Manejo Ambiental; debido a lo cual las comunidades exigen auditorías ambientales, inspecciones y sanción por los daños ambientales.
Los 250 días de resistencia
Comuneros agrupados en el Frente Antiminero Pacto por la Vida, el Agua y la Naturaleza, cumplen 250 días en un plantón para la defensa de su territorio y en contra de la minería metálica, con una guardia de 24 horas en la Y de la Victoria. Custodian la única evidencia del trabajo de Melina Changó, unos 3.500 costales con piedras mineralizadas, evitando que la empresa los retire de manera ilegal.
Últimamente, participan en un pedido de Acción de Protección con Medida Cautelar y, de Reparación y Restauración en contra del Estado y la empresa Melina Changó, respectivamente. Esto para la suspensión de las actividades mineras en las áreas mineras Melina y La conquista, el retiro del material aurífero en custodia de las comunidades de Pacto, y para que se declare la vulneración de los derechos constitucionales a la seguridad jurídica, al agua, a los derechos de la naturaleza, y a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. Además, para dejar sin efecto todos los actos administrativos previos de la empresa minera; y, piden la caducidad y extinción de sus títulos mineros en Pacto como una medida de reparación integral a la naturaleza.
La capital de la panela orgánica
Pacto es un territorio propicio para el cultivo de la caña de azúcar. Hace más de 20 años que la mayoría de sus habitantes la cultivan. Es una industria artesanal que pasa por el siguiente proceso: cultivo de la caña; extracción del jugo; cocción; moldeo; cernido y empaque. Esta tierra es conocida como la capital de la panela orgánica; por ende, la principal preocupación de los comuneros es que, al realizarse actividades mineras, pierdan la certificación orgánica requerida para las exportaciones del producto. Es un peligro que no están dispuestos a correr, por eso prefieren este cultivo frente a las actividades contaminantes de la minería.
“Hemos tratado de sobrevivir, porque debemos defender el territorio, defender el medio ambiente, ya que nos perjudica en primer lugar, como paneleros orgánicos, que tenemos esa fuente de ingreso. Estamos con un negocio del 50% de la producción en el mercado nacional y el otro 50% a nivel de mercados europeos como Francia, Alemania y España. El Noroccidente de Pichincha es el mejor suelo del Ecuador. Tenemos una excelente producción de caña”, explica Edgar Morales, productor de panela.