Desde 1964 y hasta 1992, el Estado ecuatoriano entregó, sin el consentimiento de sus habitantes, 500 mil hectáreas de selva, patrimonio biogenético y hogar de pueblos ancestrales, a la Corporación estadounidense Texaco.
El tiempo ha pasado, juicios, careos, apelaciones, tribunales nacionales e internacionales; fallos de cortes nacionales e internacionales y la impunidad reina a favor de Chevron. Por eso #YoAcusoAChevron de las atrocidades cometidas en la Amazonía ecuatoriana.