El 2 de septiembre se realizó el último módulo de la Escuela de Soberanía Alimentaria convocado por el Comité de Mujeres de la Unorcac en Cotacachi. Este módulo consistió en un taller sobre los riesgos de los tratados de libre comercio en los territorios, para el tejido comunitario y las economías campesinas. Se reflexionó en torno a los mecanismos de los TLC’s para agravar los procesos de despojo a las comunidades de sus fuentes de vida, afectando su autonomía.
Intag, es la zona subtropical resiste hace más de 20 años la entrada de las empresas mineras, proceso de lucha que ha garantizado alimentos y territorios sanos. Además ha sido un referente de lucha para todo el país. La zona andina, por su parte, tiene una sólida organización indígena anclada en la defensa de los derechos colectivos y la tierra, la soberanía alimentaria y las semillas, lo que le ha permitido ser un territorio rico en agrobiodiversidad.
A pesar de las duras condiciones en las que viven los pueblos campesinos y de las políticas públicas que no ponen en el centro el cuidado de la vida, las organizaciones de Cotacachi sostienen acciones para fortalecer el tejido organizativo involucrando a las y los jóvenes Kichwa, a través de aportar con herramientas de análisis político y también en la capacitación en actividades prácticas que respondan a sus propias demandas. En sentido, el taller aportó con una lectura desde la ecología política para entender cómo los TLC’s, se realizan en condiciones desiguales y desfavorables para los países del Sur, en especial para la pequeña producción. A través del intercambio de opiniones entre los y las jóvenes y mujeres de la Unorcac y el Instituto de Estudios Ecologistas, se identificaron formas de resistencia y acciones posibles para rechazar estos acuerdos desde la defensa del territorio, las formas de vida locales y las estrategias económicas campesinas.
En la segunda parte de la jornada, las y los participantes de la Escuela, nos reunimos a aprender con Cris sobre la elaboración de pan con ingredientes andinos, con maíz, máchica y trigo integral. Experimentando con el horno de leña, hornearon sus figuras de pan mientras reflexionaron y se ratificaron en la importancia de mantener sus cultivos, el valor de la agroecología, la diversidad alimentaria para el cuidado de la salud de las familias y comunidades, y las potencialidades que tienen para reforzar la autonomía en el territorio.